¿Puedes cambiar tu diálogo interno y gestionar mejor los antojos?

Jun 11, 2022 09:00:00AM

Cuando se trata de hábitos de salud, a menudo pensamos en términos de conductas "buenas" y "malas". Esto puede generar una relación problemática con la comida, que deriva en antojos, obsesión por la comida, hiperfijación en determinados alimentos o ingredientes y atracones.

Si no se controla, este tipo de pensamiento en blanco y negro puede llevarnos a sentirnos mal con nosotros mismos y a tener problemas de autoestima, sin mencionar que a largo plazo tomaremos peores decisiones.

A partir de ahora, propóngase darse cuenta cada vez que tenga una actitud de privación de alimentos. Y cuando note que piensa en términos de negarse o castigarse, intente cambiar su discurso interno hacia una actitud más equilibrada hacia la comida.

¿Cómo hacerlo? Aquí te damos algunas ideas.


Mentalidad de privación: "Hoy me estoy portando mal".

Mentalidad de autocuidado: "Hoy voy a tomar una decisión diferente".


Clasificar los alimentos como “malos” o “buenos” genera juicio, y no es una práctica saludable elogiarse o castigarse varias veces al día por lo que uno elige comer.

Castigarse a uno mismo por una comida o un capricho no tiene sentido si se mira el panorama general.

Si te esfuerzas por comer de forma más saludable la mayor parte del tiempo, un desliz no va a hacer que tus objetivos se desvíen. La clave es concentrarte en cómo te sientes, no en lo que comes.


Mentalidad de privación: "No puedo tener eso, estoy a dieta".

Mentalidad de autocuidado: "Puedo comer lo que quiera y simplemente estoy tomando esta decisión más saludable".


A veces, cuando impones restricciones inflexibles sobre lo que comes, puedes crear una situación en la que anhelas alimentos que no están en tus planes. Para algunas personas, es una molestia leve. Para otras, puede convertirse en una fijación, y definitivamente no quieres caer en el territorio de la obsesión por la comida.

Una actitud equilibrada hacia los alimentos puede prevenir conductas alimentarias obsesivas o incluso adictivas.


Mentalidad de privación: "Me estoy perdiendo la diversión".

Mentalidad de autocuidado: "Estoy comiendo alimentos que me hacen sentir fuerte".


La idea del autocuidado es identificar y satisfacer tus necesidades de una manera que te resulte nutritiva y satisfactoria. En lo que respecta a la alimentación, eso significa tomar decisiones que te hagan sentir bien, tanto física como emocionalmente.

Claro, puede que sientas que te estás perdiendo algo, pero intenta recordar el porqué. Tus objetivos pueden ayudarte a mantener todo en perspectiva.


Mentalidad de privación: "Es mi placer culpable".

Mentalidad de autocuidado: “Ser disciplinado me ayuda a disfrutar más de los gustos ocasionales”.


Si comieras pastel de bodas todas las noches, ¿seguiría siendo especial para una ocasión tan trascendental como una boda? No. Cualquier alimento puede empezar a parecer normal y esperado cuando te excedes con él, incluso los alimentos especiales para celebraciones.

Entonces, si ha pasado un tiempo desde que probaste algo que fuera un poco indulgente, es posible que descubras que lo disfrutas más cuando decides hacerlo.

¡Y eso es bueno! Saborea cada bocado y ten la seguridad de que sigues en el camino correcto para alcanzar tus objetivos.


Mentalidad de privación: "Estos alimentos son limpios y esos alimentos son tóxicos".

Mentalidad de autocuidado: "Estos alimentos me funcionan ahora mismo y otros no".


No existe tal cosa como comida "limpia" o "tóxica" (a menos que dejes caer comida en ese rincón de tu cocina que acumula todo el pelo del perro). Al igual que llamar a los alimentos "buenos" o "malos", el concepto de alimentación limpia y sucia introduce juicios en lo que debería ser una zona libre de juicios.

Si describes lo que comiste de una manera que sugiere que mereces elogio o castigo, probablemente no tengas la mejor mentalidad alimentaria.


Mentalidad de privación: "Me estoy portando muy bien hoy".

Mentalidad de autocuidado: "Estoy tomando decisiones que me ayudan a sentirme lo mejor posible".


Por supuesto, ambas afirmaciones son positivas, pero decir que un alimento es "bueno" implica que algunos alimentos son "malos". Un pequeño cambio de mentalidad permite eliminar el prejuicio.


Mentalidad de privación: "Tengo que hacer ejercicio para compensar lo que comí".

Mentalidad de autocuidado: "Me encanta cómo me hace sentir hacer ejercicio. ¡Moverse me ilumina!"


Si sientes que tu entrenamiento es un castigo, ¿en algún momento vas a sentir que lo disfrutas? ¿En algún momento vas a dejar de tenerle miedo a hacer ejercicio si sientes que es el resultado de un mal comportamiento?

Considere el ejercicio como lo que es: mover su cuerpo porque lo hace sentir bien a corto plazo y lo hace más fuerte a largo plazo.


Mentalidad de privación: "Nunca voy a poder comer lo que quiero".

Mentalidad de autocuidado: "Puedo comer lo que quiera, pero algunas elecciones me hacen sentir mejor que otras".


La diferencia aquí radica en la flexibilidad de cada afirmación. La primera suena rígida y transmite el mensaje de que no tienes el control de tu vida. Darle vueltas a tus pensamientos para decir que eliges esos comportamientos por esas razones puede ayudarte a sentirte empoderado.

Pruébalo durante una semana y observa si cambias tus hábitos alimentarios y de salud. ¡Puede que te sorprendas!

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1 comentario

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Brigette

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